Análisis Estructural 2000 - 2001

El siglo pasado,y en especial su segunda mitad, trajo grandes transformaciones para el mundo, para el país y para su economía. Como era de esperarse, a ello no fue ajeno el sector azucarero colombiano, que empezó actividades justo hace cien años.
Era lógico que si el mundo tendía a derribar sus fronteras y a interrelacionarse entre sí más dinámicamente, el sector azucarero colombiano debía prepararse para enfrentar el cambio y asegurar su supervivencia, la cual décadas atrás dependía de la política gubernamental y del empuje de los empresarios de la región, varios de los cuales eran complejos familiares de gran tradición en el valle geográfico del río Cauca 1.    

Finalizando los años ochenta,
el país veía con cierto aire de optimismo e incertidumbre, cómo el Gobierno se alistaba para incorporarlo en un proceso de apertura, un modelo económico que buscaba atribuir al mercado la responsabilidad en la asignación de recursos mediante la eliminación de las acciones dirigidas, la desregulación y la limitación del Estado
al establecimiento de reglas generales de operación del mercado.

El sector azucarero colombiano fue consciente de los retos que esto implicaba y que el propio mercado, y no el Estado, sería el responsable de la política en materia de fijación de precios internos del azúcar y de limitación a las  importaciones del producto. De esta manera, asumió la responsabilidad ante su entorno inmediato y ante el país, y se preparó en diversas áreas, con el fin de fortalecer las labores de la industria, su incidencia en la economía de la región y afrontar el reto que implicaba el proceso de apertura al mundo.

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